BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL "EUGENIO PINTO BARAJAS" EN MOLAGAVITA


ÓLEO DEL POETA Y ESCRITOR EUGENIO PINTO BARAJAS (1922 - 1983)




Obra del pintor bumangués VÍCTOR VALENCIA PINTO (n. 1935), quien fue amigo de Eugenio. El cuadro hace parte de la colección personal del artista. Sería deseable que este óleo fuera adquirido por la administración municipal de Molagavita para ornar la biblioteca que allí lleva su nombre.

LOS RELATOS DE JUAN

1

Una mañana amanecí yo muerto
y no vinieron los enterradores.
Husmeaban los perros la comarca sin hombres,
sin canciones ni amor.

Fui un muerto más sobre la tierra
y si aún tenía nombre aquella mañana
me llamaba dolor...
Sólo supe que era del reino de la muerte
y anónima figura de un día de la creación.
Oscuros segadores rondaban la comarca
y yo era un hombre solo frente a la luz del sol.

Cara al cielo miraba cuánto dura un silencio,
¡y pensar que la muerte que soñaba era yo!

Quizás en otro sueño la rueda del latido
deje oír en la noche su tic tac de reloj,
y hasta me oiga la muerte y galope más duro
¡y por pisar la sombra me pise el corazón!

HOMBRES DE PURA TIERRA

Aquí donde es la piedra, canto mi soledad.
Al fondo está la rosa caída de su símbolo.
Yacente como un río en mitad de la noche,
el amor mancillado
muestra en las aguas turbias del río su cadáver.
La amistad de los hombres lleva una alegre máscara
para cubrir al lobo con su cáscara infame.
Un cementerio de vivos rodea mi soledad.

Diógenes hoy más que nunca sale a buscar un hombre
y no halla a quién hablarle en medio de la sombra.
Hombres de pura tierra, pisoteando tierra.
Con sus botas de barro, pisoteando el alma.
Con sus bocas profanas llenando el día de blasfemias
y salivas impuras.
Judas cruzó hace un momento por la misma arboleda
de hace dos mil años.
Proteo, el farisaico,
con la misma facilidad de los colores se transforma.
Maquiavelo, el intruso aleccionador de Príncipes,
rey de perfidias y maquinaciones,
aún va de corte en corte aleccionando tiranos.
Dionisio sigue aún de fiesta y de bacante.

Ah! esta tarde me ha dolido todo.
Me sigue doliendo todo.
Me duele hasta la caída de las hojas de los árboles.
Y más me duele el río cargado de cadáveres.
La imagen de otros días,
fugada de otro tiempo, ya no tiene edad.

……………………..

Mas no será este día con sus hombres y sus nombres
la obsesionante sombra de todos los instantes.
Al fin la noche cae como todas las noches.
Árbol de oscuras hojas y olorosas maderas.
Ruana de musgo blando que se calan los bosques.
Saya negra de niebla que se ciñe la tierra,
a sus rudas espaldas y a sus anchas caderas,
a esta misma hora en que el mundo parece un gigante dormido.

EUGENIO PINTO BARAJAS

(Molagavita 1922 - Bucaramanga 1983)

En 1948 publicó su primer volumen poético titulado "Universo Interior". En 1958 fue galardonado en el concurso literario “Aurelio Martínez Mutis” por su obra «Canción de los arados y otros poemas”, y obtuvo el premio de la Piña con su poema Ananás. En 1969 fue primer premio compartido en el concurso de la Leyenda Popular Santandereana, convocado por Vanguardia Liberal. Su obra es el testimonio de un hombre que amaba a su tierra y a sus gentes, su entrañable provincia de García Rovira.

Colaboró durante varios años como crítico y comentarista de hechos relacionados con la cultura, la historia y la cotidianidad de Santander en los periódicos bumangueses Vanguardia Liberal, El Frente, La Espiga y El Liberal de Santander. También fue columnista de El Espectador y La República de Bogotá, El Colombiano de Medellín y Onda Libre de Ecuador. Su tono, lejos de ser laudatorio, era el del defensor de las ideas liberales y la pulcritud del servidor público.
Fue Subsecretario de Gobierno del Departamento, Jefe de Publicaciones de la Universidad Industrial de Santander, Jefe de prensa de la misma UIS, funcionario de la Contraloría Departamental y Fundador-Director de "El Grillo", el periódico que ejercía la vocería del Comité Cultural Estudiantil de la UIS en los años setentas.

Un accidente de tránsito truncó la existencia de nuestro amigo cantor que acreditó a través de sus acciones las bondades de su alma de raigambre campesino y de sus letras su inquieto espíritu humanista. Como homenaje póstumo la Universidad editó en 1983 su libro inédito "Monólogos del Hombre".

MONÓLOGOS DEL HOMBRE (FRAGMENTOS)


Portada de "Monólogos del Hombre. El retrato es una plumilla de Martín Quintero Pacheco (Ocaña 1914-).

Esta tarde me ha dolido todo!
Me sigue doliendo todo.
Me duele hasta la caída
de las hojas de los árboles.
(Monólogo 0)

Viajero taciturno de la noche recorrí mil ciudades...
deambulé muchas noches por ciudades lejanas...
y las ciudades eran como un parche de piedra
aferrado al paisaje.
(Monólogo 1)

Hoy todos vamos desorientados y sonámbulos.
Todo vamos inconclusos...
y no entendemos nada de nada
ni de nadie.
(Monólogo 2)

Los obreros regresan otra vez esta tarde,
y como todas las tardes, por el mismo sendero.
Vienen oliendo a trabajo, a sol, a lluvia, a sementera.
Vienen urgidos de comida y de sueño.
(Monólogo 8)

CANCIÓN DE LOS ARADOS

¡Cantan los arados!
¡Cantan los arados!
¡Cantan los arados!

Y se despierta el campo
al paso de los bueyes
que avanzan lentamente
sobre el surco dorado.

Son dos bueyes tan grandes,
son dos bueyes tan altos,
son dos bueyes tan mansos,
son dos bueyes tan tristes...
¡En sus pupilas hondas
vienen como soñando!

A la orilla del cielo
la mañana está joven
para tanta grandeza!

Hoy no me llames, río,
que ya estoy sobre el campo.
Me despertó la aurora
con su himno metálico.
Con su rumor de égloga
que anuncia la cosecha,
feliz he despertado.

Me despertó la música
de Dios sobre los surcos
y estoy oyendo ahora
la canción de los arados!

¡Hoy no me llames, fuente!
Hoy no me mezas, árbol!
La cuna en que soñaba
se me volvió milagro.

El agua y la semilla
cayeron en mis manos
y hay un río de savia
más secreto en mi sangre.

En el laboratorio
de la gleba mojada
fabrican los azúcares
la primera naranja.

Siento que soy labriego.
Llevo trigo en el alma!
La noche en que venía
se me volvió mañana…

Hoy no regreses, muerte,
que comenzó la vida
y es bello el firmamento
de mi poesía.

Hoy no me tientes, suelo,
que de volar o navegar sería
por los mares del cielo!

EL DÍA LIBERTADO

El día se liberta de Dios cada mañana
e invade con su música las jóvenes comarcas
que la noche ha dejado ancladas en la niebla
como jirón flotante de bandera enlutada.

En su bajel de oro viene la mañana nueva
y entonces el molino de la celeste altura
chorreando sus mieles resucita la aldea
y el prodigioso campo lleno de labradores
viene a beber el día de las manos del alba.

De los dormidos montes bajan ruanas nevadas,
los gallos han cantado la misa de la estrella
y el agua sabe a cielo y a almíbar el espacio.

Todo el día es un himno que recuerda la vida
y la creación inmensa de un mundo inacabado.
Dios abre el paraíso y se respira un aire
sin fin de eternidades.

Venid conmigo, hermanos, a poseer el campo
y abrazar con el alma la tierra prometida.
Esta es la aurora nueva por donde ruedan ángeles
a coronar la frente de un día libertado.